domingo, 31 de diciembre de 2006

morgana






la Maga


ocultaba


muy bien su identidad uñas caldero


parecía


una señorita bien criada


charol moño libros azahares comiditas

pero a solas

transformaba carnosos sexos


en palabras


palabrotas palabrazos palabramidos


táctiles eréctiles fluidos jadeantes.

advertencia de circe




como maga bruja hechizo


mi pensamiento es feroz atroz


el poder de mi piel


puedo transformarte en pájaro


si no respondes a mis insinuaciones


labios flujo saliva


puedo convertirte convertirlos


en potros cerdos


al contacto


con mis ojos uñas mágica vagina.

extraños viajes




a veces un grumete


tierno tímido sexuado


acepta verse a solas


a las once p.m.


con una pasajera ardiente


en su camarote


sin ojos de buey sin marido


el mar


enseña a desconfiar de las sirenas


pero no a reconocer


en los ojos alucinados de una mujer


si se ha descolgado del cielo


en una liana


apretando entre sus piernas


una vulva dentada


(igual que todos deberá arriesgarse).

sábado, 30 de diciembre de 2006

naturaleza humana





Tal vez el día


que te acosen


los mismos deseos caníbales


que provocan mi insomnio


persigas el perfume de mi sexo


en cada triste habitación


de todos los tristes hoteles


que visites


o sientas que mi piel


se te ha metido tan adentro


que duele como la puta madre


dejes de importarme.

narciso inclinado en el estanque




No quiero que me duela


esta mujer


tan roja tan clara tan ausente


fugaz


tan cierta tan distinta tan tornado


por eso


me inclino sobre el agua


entre los juncos


para encontrar un reflejo


mi reflejo


que no me deje


tan solo


como me deja ella


cuando sale a caminar como sonámbula


como una batalla ganada
de antemano


sobre las huellas que llevan a Utopía


cada vez que el viento trae hasta su cama


los olores y


los ruidos


de otras tierras.



reino desierto




Tanta tristeza


patadas en el culo a los ideales


amor humano sagrada institución


me cago en vos


encima de las siete plagas


jinetes indeseados quiebra rodillas


encerrada en este cuadro vivo de Botero


con mis muertos cayéndome encima


lluvia de misiles


la manzana se ha podrido entre vírgenes


llorosas


la percanta ninfa cuelga su ropa a secar


de una hot line.

augurios posmodernos



en el futuro, Martín


no habrá Reino del Dorado


ni podrá romperse la dura fruta


el molde de la fruta


para arrancar lo jugoso virginal


en el futuro indomítico


que imaginas


dicen los Mensajeros Agoreros Posmodernos


habrá buena comida caviar frutillas


/de California


para unos pocos ociosos enajenados


/aburridos


y al resto las migas


las migas que caerán de la mesa


para los perros los idealistas


los que alcancen a llegar primero


a refugiarse bajo el mantel


pero los Supremos Hacedores Agoreros


no saben no computan


todavía


que después del banquete la borrachera


/la explosión


sólo verán estallar nuevamente los brotes


el lapacho rosado el cielo el primer coito


los que hayan sabido dónde encontrar


raíces hormigas para comer copiar


la arquitectura de los tacurúes.

insumisa




en mi sangre
no hay historias
de indios rebeldes
sometidos
feroces tobas exterminados


ningún gen de Moctezuma
(vencido por interpretar erróneamente las señales)
se agita en mi memoria


será por eso que


no creo en el renacer de Quetzalcoatl
la voz del otro no me convence
con sus piedras de colores
nadie arrasará mi tierra
no transformaré mis mitos


me iré cuando yo misma
decida


que en este coto de caza
ya no encuentro mis piezas predilectas
que mi tienda de cueros
no me cobija como antes
que debo salvar a mis dioses
de la locura y del olvido.



la bala




han caído


a/pro/xi/ma/da/men/te


como hojas o soldaditos


días dos mil quinientos cincuenta y cinco


no es una cifra despreciable


Si pensamos en


las lágrimas


tantas que erosionaron la tierra como pezuñas


los ires y venires


zapatos valijas escaleras mecánicas


las noches


pantallas blancas de tanto insomnio
la insistencia
en los mismos errores
una vez
otra vez
y otra más...


los intentos vanos
sin poder llegar al otro lado de huertas malas


la negativa a darme cuenta


vendas y más vendas


los cuencos de arcilla hechos pedazos
los misterios la seducción los hechizos
engaños y autoengaños


(de esos que tanto se usan)


ahora que han transcurrido
digo


ciegos celosos obtusos dolorosos enajenados


días


que cayó la ficha (¿en el teléfono publico? ¿en el tragamonedas?)


que la obsesión no existe ni el patético sentimiento


Que hago me pregunto
con la presencia palpitante
en el ropero
de una bala amarilla lustrosa solitaria
dormitando
en el cargador
bala inútil bala frustrada bala loca desorientada bala
con esplendor reclama
el para qué
la carne nunca perforada
la sangre fresca como graffiti en las paredes.

descuido de chamana




en algún lugar


en medio de la marea


entre tanta hojarasca


lodazal tornado hambruna


va la peste yaguareté


olfateando detrás arañando


en este ir y venir del puerto al monte


del monte al puerto


en el estribo de tanto carromato ridículo


en algún lugar


repito una/ vez/ más
siempre enfática


he olvidado las herramientas y el ritual

del FUEGO.

LA VERSION EQUIVOCADA (1990)




Le enseñé a mi hijo que los bebés se conciben haciendo el amor y que surgen como flores radiantes entre las piernas de su madre después de nueve meses de crecer y jugar dentro de la panza. Se encontró, desconcertado con gente grande que le afirmaba que los bebés viajaban en cigüeña desde Paris o que se los recogía en la huerta cuando se los encontraba llorando dentro de un lustroso zapallo.


Le enseñé a mi hijo que es hermoso amarse, que besarse y hacer el amor son experiencias maravillosas, lo mejor que puede pasarle a dos seres humanos. Tuvo que soportar a adultos que lo corrían de al lado del televisor donde una pareja se besaba porque "eso es una porquería que no debe mirarse" o que le impedían andar desnudo porque la desnudez es "una chanchada".


Le enseñé a mi hijo a querer y buscar la verdad como un valor grandioso, a desterrar la mentira de sus acciones. Conoció gente mayor que le prometía cosas que no cumplía o que le ocultaba la verdad porque "los chicos no deben saber ciertas cosas".


Le enseñé a mi hijo a amar, respetar y disfrutar de la naturaleza, porque cada especie es igualmente grandiosa dentro del universo. Ahora se horroriza cuando otros chicos matan pájaros por placer con sus hondas y los descuartizan luego delante de sus ojos. Ahora no entiende por qué hay animales enjaulados en el zoo si es más hermoso verlos desplazarse libremente en su hábitat natural. O mira con ojos desesperados como sacan a los cormoranes y pingüinos empetrolados y muertos de las aguas del mar.


Le enseñé a mi hijo a detestar la agresividad. A que la violencia se combate con inteligencia. A que la palabra vale más que los puños o las balas. Ahora escucha asustado que en un lugar lejano, en una de las ciudades de la que hablan sus cuentos, los hombres se destrozan por apoderarse del petróleo.


Le enseñé a mi hijo la versión equivocada. He invertido años en formar un ser destinado a reventarse contra los muros de este mundo de mierda en el cual sobrevivimos. Ahora sé que no podrá salir indemne al chocar contra la realidad, que los supremos hacedores del poder , del horror y de la muerte, darán buena cuenta de él apenas asome tímidamente en el horizonte su bandera blanca.
Es que yo creía que criando un niño feliz, sin prejuicios, sin miedos, sin mentiras, sin violencia, podía contribuir a hacer de este, un mundo mejor.
Sin embargo, a pesar de saber que no estoy en lo cierto, me resisto a renegar de la versión que le conté.


(texto premiado en el V° PREMIO LETTERARIO NAZIONALE DI PROSA-TEATRO, Le Nereide, Siracusa, Sicilia, Italia,2002)

LAS INQUIETANTES PUERTAS (1994)




Y si después de tantas palabras no sobrevive la palabra."..
CÉSAR VALLEJO




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PUERTA DE LOS DESEOS

y nunca pude decirte
algo semejante al sol pero distinto”
Roberto Santoro

bonzai



Cada día

hasta que vuelvas

hasta que regreses

del frío y de la sombra

regaré el pequeño bonzai

que ha brotado mágicamente

entre mis piernas.

la silla vacía



“quizá no sea la muerte lo más
difícil en la vida de un artista” (Van Gogh)


La magia de una silla de paja

(como en el dormitorio de Van Gogh en Arlès)

abandonada

en la galería que mira al pinar

y al esplendor de los rosales

me recuerda

que estoy demasiado lejos

del estallido de tu sonrisa

de tu asombro

ante la ardiente transparencia

de mi piel

en los momentos de placer.

fantasma familiar




El perfume sin alquimias

de tu sexo

sigue acompañándome mejor diría

persiguiéndome

sin pausas

como esos fantasmas familiares

que jamás abandonan

las oscuras bocas de los armarios

se esconden detrás de las cortinas

de crochet traslúcidas principios de siglo

o salen a bailar charleston y jazz

cada vez que enhebramos un disco

de pasta

en la lustrosa victrola de la abuela adolescente.

a veces no vivimos, construimos un recuerdo




El último viernes en que hicimos

el amor

y los dos sabíamos que era la última vez

juntos

en un sórdido hotel de terminal

te asombró que levitara en trance

sobre los ajetreados muebles

no pudiste evitar que desde mis párpados

rodaran frutas que caían bajo la cama

sin sábanas

y creíste que mi extraña máscara de angustia

se debía simplemente al placer

sin embargo

yo no estaba allí con mis uñas y mis labios

encendidos

en/e/se/ins/tan/te

trabajaba en la Construcción de un Recuerdo

instalándote

sin que lo supieras

para siempre en los iridiscentes pliegues

de mi flor agua perra alma.

PUERTA DE LAS OBSESIONES

“quiero ser poeta y trabajo para volverme vidente”
Rimbaud

las inquietantes puertas




Alguien escribió que llegar a los treinta

es internarse en los suburbios

de la juventud

yo desde mis treinta casi treinta y uno

percibo que recién estoy llegando

radiante y sexuada gigantesca flor carnívora

caminando lentamente

entre fabulosos frutales de hojas plateadas

/que hablan

de los terrores de mi infancia

y cabezas vacías acabadas de caer

desde las verdes alturas como mamones

maduros

abandonada

de todas las miradas abandonadas

rodeada de vampiros

desorientados por mi tercer ojo

refulgente

espantando con una hoja de banano

a las buenas hadas hipócritas

sintiendo entre los dedos el lustre oloroso

de mi talismán corazón madera

a las inquietantes puertas

de una de las ciudades dormidas de Giorgio de Chirico.

maldición del fuego




después

de la batalla

entre el humo

y la sangre

que repta tibiamente

mientras los otros

revisan los cadáveres

buscando anillos

muelas de oro dólares

y entran en las blancas

casas destruidas

apoderándose de los cubiertos de plata

los bonex las ajenas vulvas

yo me siento

en la arena

recojo un caracol

una piedra un pequeño

vidrio de botella

mientras pienso

alucinado

que debo inventar

cuanto antes

un nuevo combate.

persecución





ESCRIBIR: lo mas amado

cuando llega a buscarnos

y planeamos entre sus brazos
sobrevolando las grises ciudades

de los otros

en un ala delta color mandarina del crepúsculo

lo mas temido

lo mas odiado

cuando se niega

a tomar con nosotros un te de jazmines

rehuye el rostro

cuando nuestra lengua ardiente se aproxima

o escapa por la ventana

al oír nuestra llave girando locamente

en la oxidada cerradura

llevando de la mano

embobado

(lo alucinan los escotes y su risa ronca sirena
/de buque

a su joven amante travesti.

visiones



enormes circulos de fuego

se abren como lenguas grotescas coronas funerarias

y gordas sensuales señoras que se desvisten

entre suspiros y quejas

los cruzan pesada etéreamente

dejando atrás

como envejecidos leones de circo

sus batones

estampado liberty

la palta erguidísima el guayabo traen sus frutos

al mundo frutos

brillantes explosivos

verdinegros

y no caen

luminosa loca desconcertada

de atigradas bellas tristezas

perdurare

entre jugos entre adioses arrugas entre iras irreprimibles

fugaces duraderas paredes

sobre todo contra todos

marginal.

tramas


como doncella

siglo XII

sin preocupaciones

cotidianas sólo el bordado

el cortés amor

el alimento de los lebreles

y faisanes

el bordado los hilos

de oroplata la rueca

que se traba

cada dos vueltas del huso

el bordado repito

el dibujo

fantásticos desconocidos

monstruos rampantes

como doncella sin doncellez sin casto

cinturón ni pañuelo de lino trofeo

anudado en varias lanzas espadas picas

como fémina medieval

carente de réplica entendimiento

mirando el campo el parque

el foso el bosque

me inquietan

los dibujos que solos

se impondrán

en el gran Cañamazo

deberé borda/los

yemas sangrantes sin pensarlo

demasiado.

jardines ajenos




y todas esas criaturas

fantasmales

viviendo en los maizales

del invierno:

un espejo con grandes vetas

negras

que refleja a los vampiros

pero cierra sus pestañas

con alambre

ante el fulgor del goce

(feroces cuerpos/
revolcándose, gimiendo, fornicando).

el Sup y Durito en la Lacandona






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