sábado, 27 de octubre de 2007

el finadito



Hoy he soñado
con todos mis muertos

he llorado... tanto


entre ellos (uno más)

sonreías vos
debería acaso
prenderte una velita blanca?

domani




mañana trataré de colgar un poema en este espacio.
mañana trataré de sonreir más seguido.
mañana trataré de salir a caminar por el bosque que rodea mi casa.
mañana trataré de limpiar mi estudio y el altar de mis diosas.
mañana miraré de cerca mi huerto.
mañana cocinaré algo rico que me encienda el alma.
mañana ordenaré mis herramientas y mis piedras semipreciosas.
mañana comenzaré a seleccionar los libros que querré llevar en mis valijas.
mañana le diré a mi hijo que lo amo, que no importan nuestras peleas, y que quiero llevarlo conmigo donde vaya.
mañana llamaré por lo menos a tres amigos.
mañana...no será tarde todavía para mí.


dueña del sol

(a Nahui Olin)






Puedo llegar de cabalgar
sobre un palpitante potro
con los muslos doloridos y
la transpiración cubriéndome
como escamas
puedo volver del bosque sombrío
-donde muy pocas se atreven
a confesar que se perdieron-
con la espalda enrojecida
y agujas de pino cayendo
desde mi pelo
puedo regresar del agua y del sol
dorada
sin las marcas del corpiño
puedo llegar desde el mismo infierno
resplandeciente
después de visitar el segundo círculo
puedo volver de donde se me antoje
siempre me recibirás
sangrando turbada caliente
alucinada por otras imágenes
desnuda
y vibrante
como la primera vez.

mantis religiosa




Una luz lechosa de estudio fotográfico


lame todo encandila


en qué momento comencé a usar


esta mirada tan poco inocente


acerca de las cosas cada cosa doble lectura


todo se me revela

a los otros
predadores   el de afuera


sigo pareciendo tan joven provinciana
señalando hacia la Meca


(buen camuflaje mirar sin ser mirado).

rocinante y la ecuyere




la brevedad el cambio


otro cáliz
he apartado
de mis labios



mantengo mi locura la paura bajo siete llaves

corazón mi viejo
trota trot tarot un caballo frágil
asustadizo maltrecho rocinante


las riendas las bridas
del potro complejo que me anida


-otras veces sin bocados imparable se bebía el horizonte rojo-


prefiero usarlas cortas a la mano
estrechas apretadas


los dos ahora
hemos comenzado a apaciguarnos


nos gustan
los paisajes verdes rocosos
con torrentes cascadas peces voladores


los jaeces triunfales del retorno
- coloridas entradas en plazas de armas
anchas bellas de ciudadelas renacentistas-


observar los dorados desfiles de máscaras
que nos circundan


temblar oliendo el viento de los andes


pisar ritualmente pastizales de huertas malas el lomo del Uritorco


la arena bajo los ijares mientras el mar de las pampas vuelve


una otra vez con su ronquido


sentir caliente la primavera cuando rompe la soñada


flor de los lapachos


-está llegando entre aguas El Dorado-


tal vez las melodías


canciones medioevales la nueva trova cubana


jazz tango flamenco sabina el indio


nada de fundamentalismos montañas rusas ni huracanes


la armonía del equilibrio algún trote corto de ecuyere


pollerita lentejuelas tul celeste.

rojos




El mundo se divide en
rojos sentimentales impulsivos
y también en


estrategas


los últimos son de temer
los primeros son imprevisibles
como un arroyo en las sierras.