
Alguien escribió que llegar a los treinta
es internarse en los suburbios
de la juventud
yo desde mis treinta casi treinta y uno
percibo que recién estoy llegando
radiante y sexuada gigantesca flor carnívora
caminando lentamente
entre fabulosos frutales de hojas plateadas
/que hablan
de los terrores de mi infancia
y cabezas vacías acabadas de caer
desde las verdes alturas como mamones
maduros
abandonada
de todas las miradas abandonadas
rodeada de vampiros
desorientados por mi tercer ojo
refulgente
espantando con una hoja de banano
a las buenas hadas hipócritas
sintiendo entre los dedos el lustre oloroso
de mi talismán corazón madera
a las inquietantes puertas
de una de las ciudades dormidas de Giorgio de Chirico.
es internarse en los suburbios
de la juventud
yo desde mis treinta casi treinta y uno
percibo que recién estoy llegando
radiante y sexuada gigantesca flor carnívora
caminando lentamente
entre fabulosos frutales de hojas plateadas
/que hablan
de los terrores de mi infancia
y cabezas vacías acabadas de caer
desde las verdes alturas como mamones
maduros
abandonada
de todas las miradas abandonadas
rodeada de vampiros
desorientados por mi tercer ojo
refulgente
espantando con una hoja de banano
a las buenas hadas hipócritas
sintiendo entre los dedos el lustre oloroso
de mi talismán corazón madera
a las inquietantes puertas
de una de las ciudades dormidas de Giorgio de Chirico.
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